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En la ciudad de Zamora. Invierno del año 1158.

    El rey Fernando II de León protege el Camino de Santiago y Zamora tiene buen asentamiento de población. Cuenta con numerosas y diversas actividades económicas. Hay comercio de todo tipo: de provisiones, de transporte y alojamiento, de índole administrativa y monetaria.

​    El enriquecimiento de los comerciantes ha dado origen al nacimiento de una burguesía que posee poder económico pero que sigue sin acceder al poder político, en manos de la nobleza, cuestión que genera malestar en los primeros, apartados de la toma de decisiones importantes respecto de los privilegios ciudadanos, del manejo del tesoro y del pago de impuestos, así como del manejo de los archivos religiosos y civiles, en los que se guardan documentos de valor incalculable.

    Uno de esos documentos es el Codex Paedagogicus”, cuyas páginas recogen los Principios Educativos para la formación de los niños de la ciudad y que datan de tiempos remotos.

  Una mañana, un día de mercado como otro cualquiera, un acontecimiento hace saltar la espita de la indignación. La pelea entre un burgués y el criado de un noble cuando ambos pretenden comprar la última pieza de pescado que queda en un puesto del mercado, acaba convirtiéndose en una revuelta popular.

   Los nobles deciden dar un escarmiento ejemplar a los burgueses y esta decisión traerá graves consecuencias para todos. 

   Esa mañana de mercado ha cambiado el rumbo de la historia de Zamora y, en particular, la vida de algunos de sus habitantes. El hecho ha sido tan importante que será recordado en los siglos venideros con el nombre del "Motín de la Trucha".

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